El día fue muy largo, me dolía todo el cuerpo, no daba más. Volví a ducharme, me perfumé, me puse el camisón, hice zapping en los canales de noticias un rato, me fui a dormir. Estaba muy triste porque andaba en una racha muy mala de situaciones, mi ex no paraba de torturarme con audios, mensajes y toda la catarata de sensaciones. No lo amaba, nunca lo amé. Cerré los ojos como pude, descansé y al día siguiente, ¿Qué pasó?, ¿Dónde estoy?, ¿me encuentro en el 2023? Me levanté de la cama, con mucho más espacio en la cama. La almohada me hizo ver que mi pelo estaba lleno de rulos, fue muy raro. Me toqué la cara, tenía una barba incipiente, me asusté. Fui al baño, me vi en el espejo, ¡soy un hombre!, ¡soy bajito!, ¡tengo barba! Abrí la persiana de mi ventana, ¡autos viejos!, ¡un teléfono público!, gente usando walkman… ¿Qué es esto? Me di cuenta que en la mesa de luz había un par de anteojos culo de botella, volví al baño, mis ojos son celestes, soy rubio… con mucho miedo, me animé y divisé que vivía en una casa de familia. De repente, veo una señora, me mira y, muy contenta, me dice: -¡Arielito! Mi vida, ¿dormiste bien? No supe cómo reaccionar. ¿Qué hago? No emití palabra. Ahí entendí que esa señora era mi mamá. Pero no le contesté. -Ari, ¿estás bien? – insistió -Hola mami: ehhhhh, si, dormí bien. ¿Qué hora es? -Las diez y cuarto mi amor, ¿te preparo el desayuno? Bueno, ya que estamos, estamos. Desayuné en silencio y mi mamá me miraba raro. La tele, análoga, estaba en señal de transmisión. No entendía nada de nada: ayer era una mujer, en la era digital, estaba triste, y hoy soy un varón, en los años 80, y me siento bien, tranquilo. Como en un clic, todo cambió: ahí supe que tenía 18, que me gustaba el teatro, el rock and roll, tocaba la guitarra en una banda que había hecho con mis amigos y estábamos en 1988. Recordé que ese día ensayaba en el grupo actoral y con la banda: percibí que estaba vestido con unos jeans gastados, una remera estampada de Los Beatles, y botas verdes también gastadas, como las usaba Ringo Starr. Ah, soy Beatlemaniaco, en eso no cambié. Volví a tocarme la cara y vi que tenía los anteojos: al rato, despedí a mi vieja y salí. Mi grupo de teatro me saludaba, algunos tomaban mate, el profesor estaba muy atento. ¿quizás más que otras veces?, ¿Cómo iba a saberlo si ese día era único y excepcional?, ¿si era el comienzo de algo viejísimo pero nuevo a la vez? Desperté de mi letargo y vi con los latidos del corazón que me encantaban las clases, que amaba actuar. Parece que lo hago bastante bien, ¿no? Ahí, el cerebro me recordó: las giras que planeábamos, los contactos que había hecho, cuantas veces me había disfrazado, la noche de Buenos Aires, la cultura, que estaba en un momento tan particular. Che Ari, ¿te acordás que tenés que poner doscientos australes para el desfile? Oigo que me preguntan. A la vez, me afirman: ah, lo del viaje a México sigue en pie, capaz que nos vamos en noviembre. Capaz que nos vamos en noviembre. ¿alguna vez había viajado al exterior? Cierro los ojos, los abro y ahora… tengo una guitarra en mano, mis amigos fuman y toman cerveza. Ahí entiendo menos: si yo soy abstemia, ¿Cómo me doy el lujo de rodearme de gente así? Acepto un sorbo, y ensayamos nuestras propias canciones. Veo: me fascina ser un rockero. Si hasta estoy lookeado como un rockero: las botas, un sobretodo, un sombrero. ¡Parezco Prince! Ahí, me dicen que el fin de semana tocamos en un pub nuevo. Entonces ensayamos con todo. Pero en un momento aflora mi parte femenina y les digo a los chicos que me quiero ir a dormir, que estoy muy cansado. Parece que lo entienden. Vuelvo a mi casa, sin miedo a que me afanen. Les doy un beso a mis viejos que duermen, una duchita, y a descansar. El agua, siempre el agua. Un mar suave, inmenso y hermoso. Abro los ojos. Ya no soy un hombre, soy de nuevo una mujer, la mujer que era. Otra vez el 2023, el mismo camisón, mi casa, la soledad, el mundo que me rodea. De repente, ahí entendí todo. Ese hombre era la persona que tanto había buscado, que tanto había soñado. Era el amor con mayúsculas. Y como es el amor sublime, estuvo conmigo. Él soy yo, yo soy él. Me siento profundamente feliz y en paz. Está escrito. Me está esperando. Solo nos queda encontrarnos.
The day was very long, my whole body hurt, I couldn't take it anymore. I took a shower again, put on my perfume, put on my nightgown, clicked on the news channels for a while, and went to sleep. I was very sad because I was in a very bad streak of situations, my ex did not stop torturing me with audios, messages and the whole cascade of sensations. He didn't love him, I never loved him. I closed my eyes as best I could, I rested and the next day, what happened? Where am I? Am I in 2023? I got out of bed, with much more room in the bed. The pillow made me see that my hair was full of curlers, it was very strange. I touched my face, I had stubble, I was scared. I went to the bathroom, I saw myself in the mirror, I'm a man! I'm short! I have a beard! I opened the blinds on my window, old cars! A pay phone! People using walkman... What is this? I realized that on the nightstand there was a pair of bottle-neck glasses, I went back to the bathroom, my eyes are blue, I'm blonde... with great fear, I cheered up and realized that I lived in a family home. Suddenly, I see a lady, she looks at me and, very happy, she says to me: -Arielito! My life, did you sleep well? I didn't know how to react. What I do? I didn't utter a word. There I understood that that lady was my mother. But I didn't answer him. -Ari, are you okay? – She insisted -Hello mommy: ehhhhh, yes, I slept well. What time is it? -A quarter past ten my love, shall I prepare breakfast for you? Well, since we are, we are. I ate breakfast in silence and my mother looked at me strangely. The analog TV was on broadcast signal. I didn't understand anything at all: yesterday I was a woman, in the digital age, I was sad, and today I am a man, in the 80s, and I feel good, calm. As if in a click, everything changed: there I knew that I was 18, that I liked theater, rock and roll, I played guitar in a band that I had formed with my friends and we were in 1988. I remembered that that day I was rehearsing in the group acting and with the band: I noticed that he was dressed in worn-out jeans, a T-shirt printed with The Beatles, and also worn-out green boots, like Ringo Starr wore. Ah, I'm a Beatlemaniac, I haven't changed that. I touched my face again and saw that I had my glasses: after a while, I said goodbye to my mother and went out. My theater group greeted me, some drank mate, the teacher was very attentive. Maybe more than other times? How was I going to know if that day was unique and exceptional? If it was the beginning of something very old but new at the same time? I woke up from my lethargy and saw with my heartbeat that I loved the classes, that I loved acting. It seems like I'm doing pretty well, right? There, my brain remembered me: the tours we were planning, the contacts I had made, how many times I had dressed up, the night in Buenos Aires, the culture, which was at such a particular moment. Che Ari, do you remember that you have to put two hundred australes for the parade? I hear them asking me. At the same time, they tell me: ah, the trip to Mexico is still on, maybe we're leaving in November. Maybe we're leaving in November. Have you ever traveled abroad? I close my eyes, I open them and now... I have a guitar in my hand, my friends are smoking and drinking beer. There I understand less: if I am teetotal, how do I have the luxury of surrounding myself with people like that? I accept a sip, and we rehearse our own songs. I see: I love being a rocker. Yes, I even look like a rocker: boots, an overcoat, a hat. I look like Prince! There, they tell me that we are playing in a new pub this weekend. So we rehearsed with everything. But at one point my feminine part comes out and I tell the boys that I want to go to sleep, that I'm very tired. They seem to understand it. I return to my house, without fear of being bothered. I give my sleeping parents a kiss, a shower, and rest. Water, always water. A soft, immense and beautiful sea. I open my eyes. I am no longer a man, I am a woman again, the woman she was. 2023 again, the same nightgown, my house, loneliness, the world around me. Suddenly, I understood everything. That man was the person that he had searched for so much, that he had dreamed of so much. It was love in capital letters. And as sublime love is, he was with me. He is me, I am him. I feel deeply happy and at peace. It's written. He is waiting for me. We just have to find each other.
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